miércoles, 17 de enero de 2007

En otra dimensión

Ayer fue, en cierta forma, un día del que no me puedo quejar. No, no me ha tocado la lotería ni he acabado con el hambre en el mundo (qué más quisiera...), pero si junto las pequeñas cositas que me han hecho feliz, acabo viendo que esas cosas, por pequeñas que fueran, han conseguido que les preste menos atención a lo que yo llamo "problemas".


Mis padres han decidido que ya era hora de organizar un poco los armarios. Y yo, que a veces me da la vena colaborativa, me he apuntado a hacer lo mismo con el mío. Pues venga, a sacar todo de mi armario.

En ello estaba, cuando encuentro algo que pensaba que había perdido y que no volvería a ver nunca mais: ¡mis bolas de malabares! :-D

He descubierto la forma definitiva para combatir el frío. Ni ropa, ni estufa, ni leches. Quince minutos haciendo malabares y ya estás muerto de calor. ¿Qué más queréis? Es divertido, respeta el medio ambiente y no molesta a nadie. ¡Dejar las videoconsolas, chavales!

Otra de las cosas que me ha alegrado el día ha sido decidir dejar de lado un poco mi "rutina local diaria" delante del ordenador, y jugar un rato con mi primo. Mi primo tiene 7 años, y viene todas las tardes a mi casa, porque sus padres trabajan casi todo el día y no pueden cuidarlo. Y la verdad es que el chaval se aburre un poco aquí. A partir de ahora lo llamaré (porque desde el principio de los tiempos todo el mundo lo llamó así) NiñoCabezón.

Bueno, pues como iba diciendo, ayer me dió un poco por tirar mi rutina a la basura y pararme un rato a jugar con el NiñoCabezón. Joder, ¡lo que me hizo sudar!. Pero bueno, me reí bastante con él, y él dijo algo que me sentó muy bien:

¡Me he divertido un montón! ¡Gracias!

[Modo Lacrimógeno ON] Oooohhh... [Modo Lacrimógeno OFF]

Bueno, y por último, ayer aprendí a ver las dichosas imágenes cross-eye (estereoscopías de vista cruzada, ¡toma ya!). Son pares de imágenes que bizqueando la vista se superponen y hacen que el cerebro piense que son reales, por tanto parece que se salen de la pantalla en la tercera dimensión que falta. Al principio cuesta un poco enfocar la imagen, pero os lo aseguro: vale muchísimo la pena.

Pronto escribiré una entrada sobre este tipo de estereoscopías y os pondré algunas fotos.


Después de lo leído, podéis pensar que mi día tampoco ha sido para tanto. Que "qué chorradas que escribo por aquí, que a nadie le importan". Sip, es más que probable. Pero no hace mucho que descubrí que mis días pasan mucho mejor si valoro las cosas por pequeñas que sean.

Tal vez sea solo una sensación, pero estoy aprendiendo a ser feliz a pesar de todo. Tal vez sea yo quién está en otra dimensión. Y me encanta.

2 comentarios:

Griada dijo...

Jajajaajajaja.
Me encanta, me encanta y me encanta tu post.
Un alarde de felicidad hecha vida cotidiana.
Es increíble cómo podemos estar contentos con tan ´solo ponerle buena cara a la vida, con cambiar minimamente la rutina, o con encontrar un viejo recuerdo (dónde estarán mis kariokas...).

Un post que me ha hecho sonreir.

Un besazo!! que te lo mereces!

Menghi dijo...

¡Gracias!

La verdad es que, tras una época de no verle nada atractivo a mi vida, recien ahora estoy empezando a sentir las cosas de otra manera. Y esas "pequeñas cosas" siempre han estado ahi. Tan solo era necesario querer y aprender a mirarlas con devoción.

Un beso hada gris!